Pérdida del ánimo, llanto incontrolado, pérdida de interés y pensamientos suicidas son una parte de los síntomas variados que acompañan a los estados depresivos.
La depresión afecta a todos pero especialmente las mujeres aunque los suicidios consumados corresponden a los varones.
La mujer deprimida percibe a menudo fuertes sentimientos de aversión hacia sí misma; se siente inútil y culpable de sus insuficiencias.
Produce ataques de llanto, pérdida de peso e insomnio. Falta de apetito, el sexo no resulta
excitante y se pierde todo el interés por la familia y los amigos.
La depresión es un trastorno psicológico que debilita y produce sufrimiento.
Las depresiones reactivas son las más comunes.
Este tipo de depresión normalmente parece coincidir con un acontecimiento adverso de la vida, tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias conyugales, los problemas económicos o los problemas de desempleo.
Depresión endógena.
Esta depresión no es desencadenada por ningún acontecimiento externo; simplemente, se abalanzan sobre la persona afectada. Por lo general, presentan ciclos temporales regulares y pueden ser bipolares o unipolares. La bipolar recibe el nombre de maníaco-depresiva (el individuo pasa repetidamente de la desesperación a un estado de ánimo neutro, de aquí a un estado maníaco hiperactivo y superficialmente eufórico, para volver a la desesperación, pasando por el estado neutro).
La unipolar consiste en una alternancia regular de desesperación y neutralidad, sin aparición de manía.
Las depresiones endógenas responden a menudo al tratamiento con fármacos y pueden tener un origen hormonal.
La madre es depresiva y el padre alcohólico es posible que el descendiente llegue a ser depresivo.
Se ha dicho que en los hombres el alcoholismo es el equivalente de la depresión en las mujeres.
Depresión orgánica.
Cuando se hace un diagnóstico de depresión es importante descartar las bases orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva están asociadas muchas veces a una lesión cerebral o a la acción de ciertos fármacos.
- Sin tomas de depresión:
- Aumento del insomnio
- Aumento del abandono del cuidado personal
- Aumento del deterioro cognitivo
- Factores asociados al riesgo de suicidio:
- Mujeres menores de 40 años, hombres mayores de 45
- Separación, divorcio o muerte del cónyuge
- Pérdida inminente de un ser querido
- La soledad y el aislamiento social
- Problemas económicos
- Mala salud
- Enfermedad terminal
- Problemas con alcohol y/o drogas
En general los pacientes suicidas están dispuestos a hablar de sus intenciones y para algunos la necesidad de desahogarse con alguien que les toma en serio es terapéutica mente positivo.
Es normal sentir tristeza en ciertas situaciones de la vida. Extrañar a la familia, la muerte de amigos o familiares, el divorcio, la pérdida de trabajo y hasta la pérdida de la salud pueden causar sentimientos de tristeza.
La depresión clínica es una enfermedad médica tratable, igual que la diabetes o la tensión alta. Personas mayores, adolescentes, madres primerizas, mujeres menopausias o en personas con enfermedades crónicas la depresión nunca es normal
Un historial familiar de depresión clínica aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Si alguien en su familia ha sufrido de depresión, las probabilidades de padecerla usted son altas.
La depresión clínica también puede ocurrir en personas que no tienen parientes con depresión.
Aunque las razones no son del todo claras, existen diferencias biológicas en las mujeres, como los cambios hormonales y la composición genética, que pueden contribuir a la depresión.
Los factores sociales, como crecientes presiones en el trabajo, responsabilidades de la familia, las expectativas de la mujer, el incremento en el porcentaje de abuso sexual y la pobreza, aumenten la depresión clínica entre las mujeres.
- Síntomas de la depresión clínica
- Estado de ánimo de tristeza, ansiedad
- Dormir muy poco o dormir demasiado
- Pérdida del apetito o de peso, o aumento del apetito y de peso
- Pérdida del interés por las actividades de que disfrutaba antes
- Inquietud o irritabilidad
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
- Fatiga o pérdida de energía
- Sentimiento de culpa, desesperanza o inutilidad
Hablar con seres queridos puede proveer el apoyo necesario cuando se está pasando por momentos difíciles en la vida.
La depresión puede afectar a todo el mundo, los dos sexos, todas las edades, ricos y pobres. El hecho de que una persona le esté yendo bien en la vida no le protege contra las posibilidades de una depresión.
Los artistas, las estrellas de cine, los políticos, gente con cargos públicos, actividades creativas y delicadas, celebridades, gente ambiciosa, son las personas que presentan más propensión a la depresión que otros.
Por desgracia, en nuestra cultura, a los hombres se les enseña a no admitir debilidad y no revelar sus sentimientos interiores. Es interesante notar que el número de alcohólicos masculinos es superior al de las mujeres; y que el porcentaje de suicidios es tres veces más alto en los hombres que en las mujeres.
Por desgracia, el comportamiento de una persona deprimida puede dar lugar a algo de rechazo por parte de los otros. La persona deprimida suprime actividades que antes le agradaba realizar.
Una persona deprimida es hipersensible a los que otros dicen o hacen. Puede interpretar mal las acciones o comentarios y se vuelve irritable debido a su percepción falsa de estas cosas.
La persona tiene dificultades en controlar sus emociones, especialmente la ira. La ira puede ser dirigida contra uno mismo o contra otros. La ira contra uno mismo está basada en los sentimientos de falta de valor y una falta de conocimiento de cómo resolver la situación.
El sentimiento de culpa puede ser real o imaginaria. Con frecuencia los sentimientos de culpa proceden de la idea de ser responsable del malestar de los otros o haber hecho algo mal.
Con frecuencia la depresión lleva a un estado de dependencia de otras personas. Esto refuerza el sentimiento de invalidez; entonces la persona se irrita ante su inutilidad.
En la biblia en el libro de Lamentaciones refleja el momento histórico en la vida del pueblo de Israel, donde tuvo que asumir con resignación y angustia su fracaso como nación delante de Dios, sufrió el despojo con dolor de su tierra, y de todo lo que amaban para vivir largos años de cautiverio en tierra babilónica. Estos fueron tiempos donde la depresión los llevo crecer y madurar como nación.
Lamentaciones 3: 28 -33
"Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
Dé la mejilla al que le hierre, y sea colmado de afrentas.
Porque el Señor no desecha para siempre;
Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres"
Quienes conocemos el desenlace de esta historia, podemos confirmar, el desarrollo y crecimiento de la fe de ese pueblo, en la conversión de su corazón idólatra en la sanidad profunda como nación.
