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lunes, 14 de noviembre de 2016

El reto de ser una buena madre

La madre que se respeta a sí misma



Las madres son una preciosa bendición de Dios para la humanidad. Dios no nos priva de la oportunidad de experimentar un amor puro e incondicional a través de madre. 
Estar junto a nuestra familia puede hacer que cualquiera tenga una carga ligera, ya que tenemos el respaldo de nuestra familia. La familia es el mejor regalo que una madre puede dar, que una madre puede ser su mejor amiga para siempre y mucho más.
Pero nada se puede comparar con esa sensación increíble de cumplimiento en cada abrazo de una madre, en cada beso tras cada episodios de regaño, por cada pie después de cada caída, en cada sonrisa después de cada momentos de llanto. Ser madre saca lo mejor y a veces lo peor de mí, pero es el esfuerzo por sacar lo mejor de mis hijos que me da la fuerza para continuar esta tarea y darnos cuenta de que todo sacrificio en si vale la pena.

Cada uno de nosotros teníamos nuestras propias madres, nuestras propias experiencias vivimos con cada una de nuestra madres en particular. 
Ser madre es algo especial y maravilloso. Implica la responsabilidad por una nueva vida, fuerzas para luchar por un ser indefenso, levantarse cuando se está cansada y agotada y no rendirse nunca. Ser madre no es cualquier cosa, el valor de una madre es incalculable.

Tú eres una madre, eres un ser humano normal pero dotada de una fuerza extraordinaria, de un corazón inmenso lleno de amor desinteresado e incondicional por tanto existe algo dentro de ti que te impulsa a seguir, cada vez que sientes algún cansancio o algún desánimo te vuelves a levantar y ves que grande es tu recompensa.
Quiero que entiendas que tú has nacido para dar vida, no sólo eso, eres formadora de un ser humano, eres responsable de tu vida y la de él, imagínate cuan grande es tu misión, por eso desde ahora quisiera que te valores como mujer y como madre que eres. 
Y te felicito porque has dicho SI a esa pequeña vida. Tú eres lo más hermoso que existe, transmite todo tu amor a tu niño/a , de manera que él o ella pueda ser mejor, pueda construir su propia vida y aportar algo maravilloso al mundo. 
La importancia de una madre comienza desde aquel instante mismo en que sabes que lo esperas, en que sabes que estás embarazada, aunque ronden problemas de diferente índole a tu alrededor.

Nunca olvidarás los nueve meses en que madre e hijo se conectan mutuamente, y todo lo que sientes en ese momento lo trasmites a tu bebé, por eso recuerda que debes dar lo mejor de ti sin importar los problemas que tengas ya sean físicos, psicológicos o económicos lo importante siempre es que tu le regales a ese ser que se forma dentro de ti lo mejor que hay en ti. 
Otro momento importante en nuestro comienzo de la vida de mamá, es el nacimiento, te lo recuerdo porque a veces pasa el tiempo, no se olvidan las emociones pero te olvidas de lo valerosa que fuiste durante ese momento. 

Una madre no es buena ni mala: es madre. No nos toca a nosotros como hijos juzgar sus actos, porque es la propia vida la que con profundas heridas nos cobra el dolor que le hayamos causado. No olvidemos que después de Dios, sólo tenemos el amor de nuestra madre.
Las mujeres que conozco saben amar incondicionalmente. Las he visto llorar cuando sus hijos sobresalen y las he visto aclamar cual hinchas enamoradas a sus esposos cuando lograron aunque sea un pequeño triunfo. 
He visto a mujeres con el corazón partido cuando una amiga murió, las he visto sufrir cuando vieron la necesidad de un niño, pero las he visto también sacar fuerzas donde no parecía haber ninguna para sobreponerse y ayudar al desvalido.

En realidad no importa si puedas vestir las últimas modas, si tengas una buena figura o si parezcas modelo; todo eso es pasajero. El hombre mira lo exterior, pero Dios mira al corazón. El corazón es el verdadero depósito del tesoro de la belleza. 

La belleza verdadera de la mujer no está en el color de sus ojos, en el arreglo de su cabello o en su forma de llevarse; la verdadera belleza es la belleza del alma. Esta belleza nunca cederá ante las arrugas, las canas o la celulitis; al contrario, se vuelve más y más grande con el transcurso de los años. 
Si quieres ser realmente bella, tú que eres mujer y madre, teme a Dios. Sométete a su voluntad para tu vida, busca más de él, y pasa tiempo con él cada día. 
Sin duda la madre es un regalo de Dios, su amor hacia nosotros es muy grande por lo cual debemos honrarla no solo en un día especial, sino cada día de su existencia, para que de esta manera podamos agradar a Dios.

Madre no te canses de ser como eres, aun y cuando no veas excelentes resultados por tu sacrificio, pues con el tiempo veras la recompensa que Dios tiene para ti.
No te desesperes por no ver a tu hijo(a) triunfar, con el tiempo ellos se darán cuenta de que tú lo diste todo por ellos.

Padre Celestial, llego ante tu trono de gracia como madre. Y me presento ante tí tal como soy, con mis defectos y virtudes. He fallado en muchas cosas al criar a mis hijos. Yo comprendo que ser una madre como Tú deseas que yo sea, está más allá́ de mis posibilidades humanas y aun de mi capacidad. Y por ello, acudo a Tí pidiéndote ayuda, sabiduría, amor, paciencia, tolerancia, perdón y comprensión para tratar con mis hijos. 
Te pido Padre Eterno para que me des revelación, entendimiento y orientación para poder guiar a mis hijos conforme a Tu corazón.


Queridas amigas que DIOS las guarde y las bendiga espero sus comentarios y sugerencias.

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