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miércoles, 2 de noviembre de 2016

En busca del silencio

En busca del silencio



El ruido de la sociedad actual nos impide meditar acerca de las cosas importantes de la vida. Debemos buscar momentos de recogimiento para disfrutar de la estancia en este mundo temporal. Nos admira el sabio capaz de perderse en su reflexión, mientras busca en las vivencias pasadas una conexión con algo que le ha venido a la mente.
Si hoy aprendo a disfrutar de la soledad y el silencio, entonces afinaré mi conciencia y limpiaré mi oído espiritual. Gran paz y tranquilidad llenará mi corazón y mi confianza en Dios se agrandará, porque el tiempo a solas con él da profundidad y fortaleza.
Porque sólo el silencio nos ayuda a seleccionar, diferenciar lo que queremos que sea nuestro. 
Sólo el silencio forma criterio, propicia el encuentro con uno mismo y con los demás, y sólo el silencio demuestra la pequeñez y dependencia del ser humano. 
La verdad de uno mismo sólo se percibe en el silencio. La paz, el conocimiento de uno mismo, la reflexión profunda, la humildad y la perplejidad ante la vida sólo surgen escuchando el sonido más dulce y sencillo que Dios inventó para el hombre: el silencio

El ruido nos invade por dentro y por fuera. Es la ‘conquista’ más representativa de nuestra civilización. 
Los sonidos que se meten por los cinco sentidos, el bullicio, la palabrería, el estrépito, el aturdimiento se han convertido en el hábitat de las nuevas generaciones. 
Estamos condenados a vivir en un mundo ruidoso. Nos roban el silencio y nos sumerge en ocupaciones y actividades desenfrenadas para que no tengamos tiempo de pensar. 
Es un truco de esta sociedad consumista, que necesita la prisa y el ruido para mantenerse en pie. Y es que el silencio nos acerca al sentido de la vida, nos plantea las cuestiones verdaderamente últimas. No estamos vivos para resolver problemas ni para vivir aturdidos, sino para contemplar, saborear y disfrutar el misterio de la vida
Así que levanta tus ánimos, no desfallezcas, no te rindas tan fácilmente, cree, confía, mantente firme, porque algo grande viene para ti, tú has sido llamado a hacer historia a ser un hombre o una mujer temible para Satanás y todas sus huestes de maldad, este periodo en tu vida es necesario, porque Dios está trabajando en ti, y ten por seguro que la obra final será fabulosa, exacta para la tarea que se te encomendó
Vivir en el silencio es aprender que todo puede ser distinto, que siempre hay algo nuevo por experimentar, aprender y poner en diversas voces. Las palabras ponen fronteras. El silencio abre el espacio hacia horizontes aún desconocidos.
Vivir en silencio es aprender a ser humildes al reconocer que no tenemos la comprensión total de las cosas. Por ello, el silencio es una instancia de deconstrucción de aquello que se presenta como único, acabado y absoluto. Las palabras que aturden no permiten ver más allá. La humildad del silencio nos abre a lo diferente.
Vivir en silencio es aprender a vivir en comunidad, ya que el silencio representa ese espacio de desconocimiento que me permite acercarme a mi prójimo.
Atravesar el Silencio de Dios puede llegar a ser muy arduo, tanto más si Su silencio se prolonga por largo tiempo. Inevitablemente caemos en la desesperación, en la sensación de abandono y rechazo, en la confusión. 
El silencio es la primera herramienta para saber si el mundo a tu alrededor te escucha y tu lo escuchas a el. Se aprende a oír en el silencio, pero se aprende mas a sentir cuando aprendes a escuchar.

Dios no se ha apartado de ti, Dios no te ha desechado, Dios no se ha olvidado de ti y no ha renunciado al pacto que hizo contigo. Dios está allí mismo al lado tuyo, dándote las fuerzas que necesitas para salir adelante. Quizá los problemas que enfrentas diariamente no te dejan ver la realidad espiritual que te rodea, quizá no te has dado cuenta que si hasta aquí sigues de pie es porque Dios te ha sostenido, que si aun sigues con vida es porque Dios así lo ha querido.
Cuando Dios guarda silencio muchas veces está probando tu fe, está esperando ver que haces, quiere ver cómo vas a actuar si harás uso de las armas espirituales.
Cuando Dios guarda silencio es porque tiene un propósito de bien para tu vida y es parte de tu crecimiento espiritual, porque él te usara en grandes cosas.
Cuando Dios guarda silencio no es que no te escuche, no es que no te quiera responder, es porque él está buscando la mejor solución a tu problema para bendecirte en proporciones y magnitudes tan grandes que tú no te imaginas y si telas diría creo que no las creerías, recuerda todo es al tiempo de Dios conforme a sus propósitos en ti y en mí.
 No debemos renunciar a nuestro clamor, ni a nuestra fe en el Señor, si Dios guarda silencio es porque está trabajando, es porque procura que nuestra en él sea mayor, o tal vez porque quiere enseñarnos a depender más de él, o porque en su silencio quiere ayudarnos a renunciar a nuestra autosuficiencia, Su silencio no es una señal de su ausencia, sino de una labor especial que hace en nuestro corazón. Gracias Dios por tu cuidado y por lo que haces.
En quietud y silencio te entrego mi tiempo, mis talentos, mi futuro todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo. Declaro que me debo solo  Dios y que aprenderé a escuchar tu voz y a callar esperando en Jehová.

Santiago 1:26-27
Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Amós 5:13
Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.


Amigos y amigas los invito a comentar y dejar sugerencias que tengan un bonito día hasta pronto

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