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miércoles, 28 de septiembre de 2016

Tengo una nueva oportunidad

oportunidad

Todos, alguna vez hemos confrontado una dificultad o experimentado una pérdida, en distintos ámbitos de nuestra vida, bien sea: ante la muerte de alguien querido, al cierre de una empresa en la que hemos aportado recursos y centrado aspiraciones, al finalizar una relación de pareja, al no alcanzar aquello en lo que hemos cifrado esperanzas o hemos invertido esfuerzos y tiempo, sin embargo todo esto aunque nos deprime y nos frustra, no debe constituir una derrota total, por tanto es apropiado situarnos ante el problema y tomar una decisión que nos conduzca a la apertura de nuevos horizontes con actitud positiva.

Cuantas veces pensamos o decimos: “Si hubiese estudiado, si hubiese conseguido un mejor trabajo, o si mi familia fuera diferente; habría logrado muchas metas, todo sería tan distinto”.
Tenemos que reconocer que todo eso es parte de nuestro pasado. Porque el mirar a nuestros fracasos pasados, nos aleja del propósito y del plan para nuestra vida. Muchos de nosotros hemos cometido errores en nuestras vidas, decisiones que nos han llevado a tener que enfrentar fuertes consecuencias. 
Amados, no sé qué momento este pasando, no sé cómo estará tu relación personal con el Señor, no sé si estas a punto de tirar la toalla y regresar a tus antiguas actividades, más en esta hora te digo con toda convicción; DIOS ES UN DIOS DE NUEVAS OPORTUNIDADES.

En la vida cometemos errores y a menudo queremos una segunda oportunidad, muchas veces son decisiones involuntarias, cosas que nos tocan hacer Quiero volver el tiempo atrás y corregirlo. 
Lo que hicimos en esta vida, sólo pudimos hacerlo en esta vida, no tenemos otra, tienes una sola oportunidad para hacer la mayoría de las cosas de esta vida.
Lo último que Dios querría seria que tú te fueras a tu antigua vida, Él te ama y con su ETERNO amor te busca porque quiere restaurarte, quiere perdonarte y darte una NUEVA OPORTUNIDAD.
Todos nos equivocamos pero por la gracia de Dios tenemos la puerta del perdón para comenzar nuevamente con la debida precaución de aprender y ser más conscientes de nuestras acciones.
¿Hemos tenido la oportunidad de vivir como del Rey Ezequías después de sanar de una enfermedad? Aprovechémosla para servir más a Dios. Es evidente que las circunstancias pueden cambiar, y lo que hoy rebosa de salud mañana puede caer en enfermedad, situación que podemos enfrentar usted y yo. ¿Estamos seguros de que la próxima vez que nos enfermemos volveremos a sanar? ¿Qué tan agradecidos estamos hoy por la oportunidad que Dios nos da de estar viviendo? Ahora, cuando andamos en los caminos del Señor, podemos tener la certeza de que no estamos solos, y que—cuando oramos—ocurren milagros y las circunstancias, por adversas que parezcan, cambiarán. 

No sabemos los años de vida que nos dará el Señor, pero hoy que vivimos, ahora que estamos vivos, adoremos y honremos a Dios con nuestras vidas. Aprovechemos está nueva oportunidad para crecer espiritualmente, pongamos en orden nuestra casa y que nuestras oraciones sean sinceras para ver entonces la misericordia de Dios.

Por todas las vivencias buenas y malas que pasé por que de ellas he aprendido, gracias por los amigos que me pusiste en mi camino, gracias por esta segunda oportunidad.
Padre, danos un corazón agradecido, y que aprendamos a darte gracia incluso en los momentos de tribulación, para que nuestra acción de gracias se convierta para nosotros en un esplendoroso camino de bendición y seamos testigos del poder inmenso de tu amor en nuestras vidas.

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