Un discípulo es una persona que
está bajo disciplina de otro, voluntariamente nos ponemos bajo su autoridad
para ser instruidos en tres aspectos: en el conocimiento de Dios, en la
información de su voluntad y en la formación del carácter.
El amor no excluye la disciplina,
de hecho, es todo lo contrario, el amor produce disciplina, sabiendo que ésta
es necesaria para el sano crecimiento.
Me di cuenta que el tema común de
la disciplina es el amor de Dios. No se puede separar el amor de la disciplina,
porque la disciplina es una prueba de amor. Nunca disciplinarás a aquellos que
no amas, pero ciertamente lo harás con los que amas con todo el corazón
.
.
El tema de la disciplina a los
niños es de gran importancia, ya que
desde que están pequeños sus acciones necesitan ser reforzadas o bien
corregidas, esto según lo que se espera como un buen comportamiento de parte de
ellos.
Es trascendental tener claro que por disciplinar, no se
entiende el castigo físico o maltrato emocional o verbal; al contrario, la
disciplina involucra firmeza, palabras, actos que incluyan respeto y resalten
el cariño que se tiene hacia la persona y el deseo de su bienestar en general.
Cuando discipline tenga presente que la palabra, y el don de
la comunicación, es una herramienta valiosa en el acto de disciplinar y que
esto es más efectivo. Bajo ninguna circunstancia recurra al maltrato, esta no
es una vía para disciplinar, pues esto genera como respuesta violencia,
agresividad y una conducta desafiante.
La disciplina se utiliza para corregir y guiar a la gente
por el camino correcto. La disciplina de Dios es amorosa, como debe ser entre
el padre y el hijo. El castigo físico nunca debe ser usado para causar un dolor
o daño físico permanente, sino como un golpe rápido (en el trasero, donde hay
más “relleno protector”), para enseñar al niño que lo que hizo está mal y es
inaceptable. Nunca debe ser usado sin control o para descargar nuestro enojo y
frustraciones.
Es un hecho que la biblia solo presenta un instrumento para
la disciplina de los hijos y es la “vara”.
Proverbios 10:13 En los labios del prudente se halla
sabiduría; Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura.
Proverbios 22:15 La necedad está ligada en el corazón del
muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él
Proverbios 23:13 No rehúses corregir al muchacho; Porque si
lo castigas con vara, no morirá.
Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol.
Proverbios 26:3 El látigo para el caballo, el cabestro para
el asno, Y la vara para la espalda del necio.
Proverbios 29:15 La vara y la corrección dan sabiduría; Mas
el muchacho consentido avergonzará a su madre.
2 Samuel 7:14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo.
Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos
de hombres.
Respecto al tema creo que muchas veces los padre mismo
desahogan su ira con sus hijos ya sea con maltratos físicos o psicológicos y es
ahí donde los niños se van por mal camino, huyen de sus casas, comienzan a
robar se drogan, y muchas veces nos preguntamos por qué tanta delincuencia y la
respuesta es porque desde el hogar mismo dejamos que esto ocurra , debemos
saber que cuando los niños molesten es por qué muchas veces no estamos prestándoles
la atención debida, saber que los hijos son una bendición de Dios que todo lo
ello sean en la vida es responsabilidad de cada padre
Las heridas físicas del maltrato desaparecen con el tiempo.
Sin embargo, las heridas emocionales pueden durar toda la vida. El maltrato
promueve conductas auto destructivas, socialmente desviados o violentos;
satisface las necesidades del adulto y no del niño; genera sentimientos de
vergüenza o culpa y baja autoestima en los niños le dificulta al niño
establecer relaciones de confianza; se perpetúa en las próximas generaciones.
Una vez sepamos identificar el maltrato se debe hacer todo
lo posible por evitarlo. Pero, ¿de qué manera debemos corregir? La manera
apropiada para corregir a los niños es a través de la disciplina con amor. La
disciplina es importante porque ningún grupo de personas puede compartir o
trabajar juntos si no existen reglas y regulaciones
La gente más feliz en este mundo, son todos aquellos que se
dejan disciplinar por Dios. No menosprecie la disciplina del Señor.
Disciplina es el camino para crecer y perfeccionarnos en los
siguientes principios :
obediencia
responsabilidad
humildad
templanza
paciencia
amor
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