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viernes, 21 de octubre de 2016

Como mejorar mis sentimientos y emociones

sentimientos y emociones

Las emociones, los sentimientos, son parte del alma, dados por Dios a nosotros. Una vida sin sentimientos sería muy seca y aburrida pero si dejamos que los sentimientos nos controlen, pueden ser muy peligrosos y hacernos muy infelices.
Las emociones y sentimientos juegan un papel importante en la vida espiritual. El deber del creyente es el de administrar las emociones que siente de acuerdo a lo que dice la Biblia. Pero si por el contrario decidimos vivir nuestras vidas por la palabra de Dios, tendremos una vida victoriosa.
Dios hizo al hombre tripartito, compuesto de espíritu, alma y cuerpo. Si ignoramos una de estas tres áreas del ser humano tenemos problemas. Si alimentas y edificas tu espíritu de tal forma que sientes el poder para hacer cualquier trabajo, pero descuidas tu cuerpo, causarás problemas físicos que te impedirán hacer la obra. Si ejercitas y alimentas tu cuerpo de tal manera que tus músculos se desarrollan y sientes que puedes volar una cerca, pero descuidas tu espíritu, no habrá poder para la labor espiritual o resistir la tentación.

Si descuidamos el alma, que es asiento de las emociones, podemos ser afectados en lo espiritual y lo físico. Cuantas personas hay que por no haber tratado un sentimiento de depresión o un sentimiento de ira, tomaron desiciones mortales para sus vidas.

Ahora bien, ¿qué diferencia hay entre la emoción y el sentimiento? Las opiniones de los psicólogos y científicos son muy variantes. La mayoría de ellos dicen que los sentimientos surgen cuando el cerebro interpreta las emociones, las cuales son señales físicas del cuerpo reaccionando a un estimulo externo. Así que lo importante es saber cómo reaccionar cuando experimentemos ciertos sentimientos que nos pueden llevar a una decisión o reacción equivocada.

Las emociones son un indicador que le comunican al espíritu cosas positivas o negativas. Una emoción negativa nos puede llevar a hacer cosas que nos apartan de la voluntad de Dios, pero una emoción positiva debe también ser analizada y ver si se origina por una causa aprobada por Dios.

Debemos tener la capacidad de controlar nuestras emociones, pero esto debe hacerse bajo los parámetros de la Palabra de Dios. Hay muchas organizaciones, sectas y religiones que enseñan y en entrenan a las personas en el control y dominio de las emociones utilizando diferentes técnicas que suprimen el carácter de sus seguidores. Como hijos de Dios debemos evitar todo aquello que va en contra de los principios bíblicos.

Así pues, durante el día, podemos sentir una gran variedad de emociones que se suceden una a otra. O quizás una mezcla de emociones que muchas veces no sabemos describir. Despertarme tarde y recordar que tenía una cita importantísima y sentir rabia contra el despertador que no sonó.
Salir apresurado y sentir rabia porque no pasa el bus que necesito. 
Sentir alegría al llegar al lugar y ver que nuestra cita llega justo después que nosotros. 
Sentir frustración en la noche porque nos informan que algo que habíamos planeado no logra concretarse. 
Así, frente a cada nueva circunstancia que vivimos nuestro ser puede experimentar una nueva emoción que nos altera por completo.En definitiva, reaccionamos ante las circunstancias que debemos vivir a cada instante y lo hacemos por medio de las emociones.

¿Son importantes las emociones para el desarrollo de nuestra vida espiritual? La respuesta es sí, pero debemos ser cautelosos. Nuestras emociones pueden ayudarnos a buscar de Dios, pero el momento en que dependemos de ellas, estamos en graves aprietos.

Hay algo más: en determinados casos, podríamos decir que las emociones pueden ser adictivas. Muchos anhelan la felicidad, decíamos al principio. No está mal desearla, sin embargo, cuando confundimos la felicidad -un sentimiento-, con la alegría -una emoción-, terminamos persiguiendo que una emoción pasajera se vuelva eterna. Comenzamos a perseguir esta emoción y estamos dispuestos a aceptar cualquier pensamiento o idea que nos permita llegar a este estado permanente de alegría.
La inclusión del corazón acá nos indica nuevamente que nuestras emociones deben estar presentes al igual que nuestra mente. Es triste ver que a veces optamos por dejar la mente fuera y alabar a Dios con todas nuestras emociones sin recapacitar y reflexionar en nuestra adoración.

Finalmente pues llegamos al punto central de lo que dice la Palabra de Dios respecto de nuestras emociones. 2da de Timoteo 1:7 dice: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

No sólo somos conminados a controlar nuestras emociones por cuidado de nuestra salud espiritual sino porque el Espíritu Santo que habita en todo creyente nos da la fortaleza para dominar nuestras emociones, ya la ira, ya el temor, ya la angustia, ya la desesperanza, ya la alegría, ya la desdicha.

Haz que tus emociones te sirvan—no pases tu vida sirviéndoles a ellas–. Decide hoy manejar tus emociones en vez de dejar que ellas te manejen a ti

Todo el mundo tiene emociones. Son parte de cómo Dios nos ha creado en el cual es parte de nuestra estructura espiritual. Es importante que nosotros reconozcamos nuestras emociones y aprender a alinearlos con la Palabra. Dios nos ha dado autoridad sobre todo lo que está en la tierra, incluyendo nuestras emociones.

Basta ya de tanta tristeza y dolor. El llanto puede durar toda una noche, pero así como sale el sol de un nuevo día, la oportunidad de nuevas alegrías toca tu puerta. La depresión no tiene que ver con lo que te sucede sino con la actitud que asumes ante tus circunstancias. Puedes decidir tener una actitud de esperanza renovando tu mente con las promesas de Dios. Deja de confiar en lo que te dicen tus emociones y comienza a confiar en quien te ama, te conoce, te cuida y está a tu lado siempre: Dios.

Padre, gracias por las muchas cosas que nos has dado, incluyendo nuestras emociones. Te pedimos que nos dirijas y utilices nuestros sentimientos para ayudarnos a crecer, para enseñarnos a amar mejor a los demás y para darte toda la gloria a Ti
Piensa en esa emoción, en ese sentimiento que te es más difícil controlar ¿Cuál es? ¿Cómo afecta a tu vida? Comienza a orar para que el Espíritu Santo pueda tomar esa emoción bajo Su control y visualízate después de alcanzar ese objetivo ¿Cómo crees que tu vida mejoraría teniendo esa emoción bajo control?
La emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.

Las emociones y los sentimientos a menudo son confundidos por muchas personas, debido a que estos conceptos comparten ciertas similitudes; incluso en algunos casos se usan estas palabras de manera indistinta para referirse a lo mismo. Por ejemplo, una persona podría decir que tiene un sentimiento de felicidad; pero al mismo tiempo referirse a la felicidad como una emoción.

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