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sábado, 15 de octubre de 2016

Quiero ser fiel

 ser fiel

La familia que Dios quiere y bendice es la que se deja guiar por Él, es la que ha encontrado y disfruta de un respaldo entre sus miembros. Cada uno cumple su responsabilidad y son respaldados por Dios esto establece la fidelidad en la familia.

Pero el cumplimiento de la promesa de fidelidad “hasta que la muerte nos separe”, al igual que el cumplimiento del mandamiento “honra a tu padre y a tu madre” no surgen naturalmente. Sobre todo, teniendo en cuenta que estamos en una sociedad que ha degradado a la familia hasta el extremo, admitiendo su disolución como alternativa para el tratamiento de sus conflictos.
El origen de la falta de fidelidad, “la infidelidad”, no es la atracción física sino el conflicto emocional. Un hogar con amor de Dios es un hogar donde sus miembros son fieles.
En una familia fiel cada uno de sus integrantes desarrolla su papel reconociendo que Jesucristo es la cabeza del hogar, y cada uno se desafía a ser imitador de Dios.
Cuando alguien inicia el proceso y toma la responsabilidad de ministrar fidelidad en la familia, dando testimonio de estar en el camino correcto, sin duda esa familia es transformada por la mano del Señor.
Estoy seguro que tienes mucho que contar sobre su Fidelidad sobre tu vida, de cómo te sano, de cómo te dio provisión, de cómo te dio sabiduría para tomar decisiones que fueron de bendición, de cómo cuido a tu familia, de cómo siempre renovó tus fuerzas a pesar de que pensabas que no podrías mas, de cómo siempre te ha enviado una palabra a tiempo para seguir luchando. 
¿Por qué entonces pensar en rendirse?, 
¿Por qué entonces querer dejar aquello que Dios te dio?, 
¿Acaso su Fidelidad no te ha mostrado que ha estado contigo siempre?, hay cientos de razones por las que tienes que seguir de pie. Hay tantos motivos por los cuales no debes rendirte. Hay tantos ejemplos de su Fidelidad hacia tu vida, entonces ¿Qué te quiere hacer detener? Hoy es un día hermoso.
Podemos elegir con verticalidad perdonándonos a nosotros mismos para entrar a la tierra de bendición donde se manifiesta Dios con gracia y con poder, esa tierra donde el rostro de Dios se ve en la transparencia de nuestra relación personal y en nuestras relaciones con los demás.
Podemos ver frente a nosotros la oportunidad de un nuevo comienzo dejando atrás las cosas que han sido tóxicas en relación con nuestra familia y con nosotros mismos.
Podemos decidir y afirmar nuestra entrega total a Dios para hacer de nuestro hogar una experiencia transformadora.
Es fácil ser leal a Dios, a la familia es por ello que Pedro dice, como Dios es santo, sed santos vosotros en toda vuestra manera de vivir. También nos dice, dejen todo lo pecaminoso que hay en vuestra vida, deseen y hagan todo lo que agrada a Dios y está de acuerdo a la vocación y la nueva posición en Cristo, hijos de Dios y vivan todos los días en intima dependencia de Cristo.  de tu relación con la familia y de tu relación con la iglesia. Si en una de estas relaciones no estás bien, debes hacer algo para ser apto y estar aprobado por Dios. Es menester, ser leal en las tres relaciones, porque ese es el costo a pagar para agradar a Dios.
El Señor establece que nos debemos a nuestra pareja. Y por el bien de los dos, debemos ser fieles el uno al otro. Hay otros/as que en lo único por lo que se interesan es estar al día con su apariencia física y externa, que no cultivan el área espiritual y las virtudes como la afabilidad, el amor, la sujeción y el respeto. 
La mujer debe aprender a manejar su hogar son sensatez, sabiduría y orden espiritual. No puede descuidar su relación de pareja y su responsabilidad familiar por estar tan ocupados en lo que se pone y en como se ve.
¿Verdad que se siente una satisfacción enorme saber que has sido fiel?, no me vas a dejar negar, pero cuando se te han presentado situaciones que te han querido orientar a pecar o fallarle a Dios y pese a que han sido situaciones muy fuertes, tu no has accedido a ella, ¿Si o no que se siente una gran satisfacción?
Como ya se mencionó, a pesar de la fidelidad de Dios hacia nosotros, debiéramos estar más preocupados en nuestra fidelidad hacia él Este es el asunto real que muchos fracasan en ver. 
Antes de que concluya nuestra vida terrenal, podemos tener que escoger entre morir por él o renunciar a nuestra fe . La compresión de la fidelidad de Dios nos librará de inquietud, porque si estamos llenos de ansiedad, vemos nuestra situación con temor o miramos el mañana con pesimismo, estamos negando que Dios sea fiel. 
En segundo lugar, refrenará nuestra murmuración, porque acallará nuestras quejas impacientes y Dios será honrado al reconocer su amor aún en las pruebas. 
En tercer lugar, aumentará nuestra confianza en Dios al poner nuestras vidas y todo lo que tenemos en sus benditas manos y persuadidos de su fidelidad nos contentaremos con su provisión (1 P. 4:19)

La fidelidad remite a la lealtad, a la sinceridad, a la verdad y a la honestidad que surge del amor verdadero y también, del respeto a uno mismo y al otro. La infidelidad muestra el caso del ser humano que cae en la tentación.

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